12 de marzo de 2010

censura exagerada en el uso de internet en bibliotecas

Menos mal que las autoridades velan por la información que nos ha (o no nos ha) de llegar. Una noticia alerta que en Madrid, tanto en las 27 bibliotecas dependientes de la Comunidad y las 28 del Ayuntamiento, se ejerce una absurda limitación del acceso público a internet que alcanza cotas delirantes que sólo pueden calificarse como de censura pura y dura: los responsables de éstas han considerado que hay webs donde el usuario no tiene por qué entrar y las han bloqueado. La restricción no sólo afecta a los equipos, instalados en cada centro, sino que las páginas prohibidas tampoco pueden verse desde un ordenador particular. También en la red inalámbrica que ofrecen las administraciones de forma gratuita.

Siempre nos quedarán los libros... (de todas formas ten cuidao con lo que lees)


Youtube le aparecerá un mensaje que le advierte de que el administrador del sistema no autoriza la visualización del sitio. ¿Por qué? "Porque es un uso no productivo y hay que preservar la ocupación del ancho de banda", aclara el Ayuntamiento. Con esta misma razón se invita a que se vean en casa los canales de televisión online, determinados vídeos de las webs de cadenas tradicionales, la página de Spotify (para escuchar música) y cualquier página de descarga o intercambio de archivos. "Ya el hecho de que no pueda conectarme a una página como YouTube me parece bastante fuerte", se quejaba un usuario conectado desde su propio ordenador a la red de la biblioteca José Acuña, en la calle de Quintana.

La misma restricción se aplica a las páginas que el Consistorio califica como de "uso privado", donde incluye además de las páginas pornográficas, aquellas que hagan apología del terrorismo, la violencia o enseñen a fabricar explosivos. Así que si uno busca la última edición de la revista Interviú no la encontrará. Es pornográfica. Para acceder, por ejemplo, a cualquier información sobre la vida de actrices porno como Geena Jameson, a la que tampoco es tan difícil ver vestida, hay que ser realmente obstinado, igual que para echar un vistazo a la última colección de la marca de lencería de Victoria's Secret; hay desnudos, advierte la página del administrador del sistema.


Un portavoz de Cultura, con toda su jeta, echa balones fuera y culpa de los criterios aplicados al "departamento de informática".