
Youtube le aparecerá un mensaje que le advierte de que el administrador del sistema no autoriza la visualización del sitio. ¿Por qué? "Porque es un uso no productivo y hay que preservar la ocupación del ancho de banda", aclara el Ayuntamiento. Con esta misma razón se invita a que se vean en casa los canales de televisión online, determinados vídeos de las webs de cadenas tradicionales, la página de Spotify (para escuchar música) y cualquier página de descarga o intercambio de archivos. "Ya el hecho de que no pueda conectarme a una página como YouTube me parece bastante fuerte", se quejaba un usuario conectado desde su propio ordenador a la red de la biblioteca José Acuña, en la calle de Quintana.
La misma restricción se aplica a las páginas que el Consistorio califica como de "uso privado", donde incluye además de las páginas pornográficas, aquellas que hagan apología del terrorismo, la violencia o enseñen a fabricar explosivos. Así que si uno busca la última edición de la revista Interviú no la encontrará. Es pornográfica. Para acceder, por ejemplo, a cualquier información sobre la vida de actrices porno como Geena Jameson, a la que tampoco es tan difícil ver vestida, hay que ser realmente obstinado, igual que para echar un vistazo a la última colección de la marca de lencería de Victoria's Secret; hay desnudos, advierte la página del administrador del sistema.
Un portavoz de Cultura, con toda su jeta, echa balones fuera y culpa de los criterios aplicados al "departamento de informática".